miércoles, 16 de enero de 2019

ENCUENTRO INTERDIOCESANO DE ANE DE LA ZONA DE LEVANTE

El pasado sábado 12 de enero tuvo lugar en la Basílica y Real Sepulcro de San Pascual Baylón de Vila Real, la reunión interdiocesana de los consejos diocesanos de la zona de Levante, integrados por 4 diócesis: Cartagena, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón y Valencia. Estuvo presidida por el presidente nacional de ANE, y a ella también asistieron los consiliarios diocesanos de las tres últimas. Esta reunión fue programada en el último pleno nacional con el objetivo de consensuar acuerdos y renovar el cargo del delegado de zona.

La reunión, muy fructífera, se desarrolló por la mañana en dos sesiones, antes y después de la misa. El presidente nacional, José Luis Aullón insistió en que para los adoradores la oración es la fuente de una espiritualidad que nos guía y nos permite llevar adelante tareas comunes, ya que el activismo por sí no da frutos. Asimismo recordó que 
la misión del adorador es evangelizar anunciando  la buena nueva, según las palabras del Papa Francisco: ” la cultura eucarística es lo que podemos anunciar al mundo”. En este sentido la formación resulta básica y para ello la revista "la Lámpara del Santuario" nos acerca temas de reflexión según la espiritualidad de Don Luis de Trelles. 

Aullón recordó que los Consejos Diocesanos, deben trabajar para promover en calidad y cantidad las secciones adoradoras. 

Se habló de la conveniencia de unificar criterios a la hora de realizar las vigilias volviendo a los orígenes de la adoración

En otro orden de cosas se trataron aspectos de organización entre las distintas diócesis de cara a la agenda de actividades de este año y se informó de la necesidad de un nuevo reglamento (que actualmente se encuentra en fase de borrador) para la diócesis de Orihuela-Alicante. 

En cuanto a la renovación del cargo, tuvo lugar el relevo, efectivo desde esa fecha, del Delegado de Zona saliente, D. Antonio Martínez de la Torre, por el entrante D. Luis Lorenzo Sanz Peñalver, lo que comunico a todos los efectos que sean oportunos. La comunicación formal tendrá lugar en la próxima reunión de la Comisión Permanente del 3 de marzo. Junto al agradecimiento a Antonio por su dedicación y buenos servicios prestados, damos la bienvenida a Luis Lorenzo, rogando a todos le prestéis vuestro máximo apoyo y vuestras oraciones en beneficio suyo y de la Asociación.



Sepulcro y Capilla de San Pascual Baylón.


Miembros de los consejos junto al presidente de ANE.

Luis Sanz Peñalver (nuevo delegado de la zona de Levante) , 
junto a Manuel Alonso (presidente del Consejo de la Diócesis de Orihuela-Alicante).
Andrés Javaloy (secretario del Consejo de la Diócesis de Orihuela-Alicante)
en la celda de San Pascual Baylón.

                 
                                   












jueves, 3 de enero de 2019

QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE





QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE

El Cerro de los Ángeles está en el término municipal de Getafe a unos 10 Kms de Madrid, en el Centro Geográfico de la península, por eso es tan significativo este lugar y lo que aconteció allí. Está íntimamente unido a la Basílica Nacional de la Gran Promesa de Valladolid, tanto es así que uno no se concibe sin el otro.


Por eso difícilmente se sintoniza con la importancia de lo que sucedió en él sin conocer antes lo que aconteció en el antiguo Colegio de San Ambrosio de jesuitas donde el Corazón de Jesús se reveló al Beato Bernardo F. de Hoyos (1733) y le prometió reinar en España. En uno de los escritos de Bernardo encontramos estas palabras suyas: “espero se haya de introducir (la devoción) y entronizar en España el Corazón adorable de Jesús”.



1. SENTIDO ESPIRITUAL

El Cerro de los Ángeles tuvo un largo recorrido hasta ser lo que contemplamos hoy.


1.1 ERMITA DE NTRA. SRA. DE LOS ÁNGELES.



Lo primero que vino a este Cerro fue la Presencia Materna de María: la Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Ángeles. Donde Dios quiere hacer algo siempre envía primero a su Madre para que vaya preparando el terreno.



Tras la conquista de Madrid en el S.XII por Alfonso VI, sobre una torre defensiva árabe se levanta esta ermita dedicada a Ella, es el triunfo de la fe, y por tanto, el triunfo del Corazón Inmaculado de María. Durante varios siglos ha sido la única Reina del Cerro. Un reinado humilde y escondido como todo los suyo, pues su ermita era poco visitada.



Esta ermita fue destruida en el S. XIV, y en el S. XVII se comenzó a levantar la actual, que fue destrozada en la Guerra Civil y reconstruida en 1945. En ella está enterrado D. Francisco José Pérez y Fernández Golfín (primer obispo de la Diócesis de Getafe).



¿Qué nos dice María desde su ermita elevada al cielo, a los ángeles? Parece decirnos: “Venid, subamos al monte del Señor”. 



Ahora bien, los que suben es para hacer lo que Ella hizo: ofrecerse con Cristo con espíritu reparador.



Cuando yo tengo un conocimiento experimental de que el Señor me ama y quiere comunicar y trasmitir ese misterio de amor por mi medio, entonces yo me consagro y ofrezco como instrumento disponible para colaborar a su plan de salvación en la Redención.



Esta es la esencia misma del cristianismo: la correspondencia del amor del hombre al Amor de Dios. Esto es la Consagración.



San Juan Pablo II, en el mensaje del Centenario de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, nos dice: “que la consagración a Cristo fundamentada en el sacramento del bautismo se confirma oportunamente en la consagración personal al sacratísimo Corazón de Jesús”.



CONSAGRACIÓN



Vamos a partir de que el Corazón de Jesús ahora mismo, en el momento actual de la humanidad, está aquí vivo y presente en la Eucaristía, en el Sagrario, en la custodia.



La consagración, se trata de una alianza de dos amores. Nos ofrecemos a Dios Padre a través de Dios Hijo, con la ayuda de Dios Espíritu Santo y María como intercesores.



 Igual que ocurre en la plegaria eucarística (canon) el ofrecimiento siempre es a Dios Padre. La diferencia que en la plegaria la iglesia (nosotros) ofrecemos al Padre el sacrificio de Jesús pan de vida eterna y cáliz de salvación, y nos ofrecemos para que nos consagre en el cuerpo y sangre de Jesús. Y el Espíritu Santo nos transforme interiormente, nos haga un solo cuerpo a toda la iglesia, los del cielo, purgatorio y tierra. Estamos pidiendo el Reino de Dios  la vida eterna.


En la consagración  ofrecemos a nosotros mismos y todo lo nuestro a Dios para que en nosotros se haga la voluntad de Dios y nos ofrecemos, el Espíritu Santo unidos al Corazón de Jesús nos transforma en ofrendas Vivas, para que seamos sus manos y sus pies, su voz, para hacer la Voluntad de Dios y Dios haga morada en nosotros y alcanzar el reino de Dios.


La promesa del Padre es el Hijo, y el Hijo nos da al Espíritu Santo que es el Amor de Dios, para que nos transforme en ofrenda permanente, para convertirte en otro Cristo aquí y ahora, para entregarnos a los demás y hacer la voluntad del Padre y anunciar el reino de Dios con nuestras obras y nuestra vida. Y adorar a Dios en Espíritu y en Verdad.



Jesús le aseguró a santa Margarita Alacoque que los cristianos que titubean, si adoran al Sagrado Corazón de Jesús, se tornarán fervientes y así podrán alcanzar rápidamente una gran perfección.



Todos los hombres somos propiedad de Dios trino(Padre ,Hijo y Espíritu Santo), porque es nuestro Creador y Salvador. Por el bautismo los cristianos somos más suyos todavía. La pertenencia a Jesús debe ser confirmada y esta confirmación debe ser renovada continuamente con nuestra decisión personal a favor de Él. Esto ocurre de una manera privilegiada en la consagración al Corazón de Jesús, siempre que esté  preparada a conciencia.



La Comisión para la Doctrina de la Fe aclara que la consagración no es una oración mágica, sino que implica una preparación y compromiso profundo, e involucra la conciencia del combate espiritual contra los enemigos del alma. 



Debemos orar con gran fe, “convencidos de que para Dios no hay imposibles, pues Jesús lo dijo: ‘les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá’”, y participar “en los procesos de justicia, reconciliación y búsqueda de paz”.



 “No se debe pensar que la consagración es una oración que mágicamente va a cambiar la vida personal y la situación del país, sino que se debe situar como un acto de piedad que requiere la conversión personal, el combate espiritual y las obras de caridad”.



Recuerda el P. Alcántara que la Iglesia Católica ha promovido desde tiempos inmemoriales las consagraciones como una expresión excelente del culto, pero que requiere conocimiento, preparación y purificación: “por esto es necesaria una preparación, con textos para la meditación, la oración y la acción, por cada uno de los días de la preparación”.



¿Qué es la consagración?



El P. Rogelio Alcántara aclara que una consagración es una dedicación, “es la oportunidad de poner en las manos de Dios lo que por justicia le pertenece, es decir, la creación entera y todas sus realidades”, pero para ello es necesario “entablar un combate espiritual, que consiste esencialmente en la conversión auténtica de cada uno. No podrá haber cambio en las realidades humanas, incluidas las estructuras sociales, sin este combate personal, que por otro lado, no se puede librar sin la ayuda divina”.

Agrega: “Hemos de utilizar todos los medios espirituales a nuestro alcance: las obras de piedad: la oración, la recepción de los sacramentos (confesión y comunión frecuente), etc.; las obras de penitencia (actos de autodominio, ejercicio de virtudes morales), y sobre todo las obras de misericordia”.

Recuerda que las consagraciones son una “obra de piedad, una oración explícita y puntual en la que reconocemos que queremos ser de Dios, y en la que le decimos que aceptamos que Él sea el Señor; en la que le pedimos que “venga a nosotros su reino”, de modo que no reine en mi vida el egoísmo, el orgullo, la soberbia, sino su amor y su voluntad”.


La consagración –apunta– “no es una oración mágica que va a cambiar mi situación y la de España con el simple hecho de pronunciar una fórmula. Ésta implica una preparación y un compromiso muy profundo, que involucra la conciencia del combate espiritual contra los enemigos del alma: la mentalidad del mundo egoísta, la sensualidad y el demonio”.



El P. Rogelio Alcántara, recuerda a los sacerdotes, que animar a una comunidad a hacer esta oración de consagración, podría ser un motivo de renovación parroquial; tomando conciencia de que hemos de devolver a Dios lo que es de Dios, renunciando a toda esclavitud y trabajando para alcanzar la libertad de los hijos de Dios.

“Consagrar una parroquia o país, es recordarnos que toda su labor pastoral (litúrgica, profética y social) debe purificarse de todo lo que no lleva a Dios y poner cada acción en el Corazón de quien sabemos nos ama; es purificar la intención de todo lo que hacemos; es decirle a Dios que, aunque ha sido “sacado” de numerosos ambientes, esta parroquia-país y esta feligresía son de Él (directamente o a través de María) y que haremos todo para que Él reine aquí.


 Es, como se hace en la renovación de las promesas bautismales: renunciamos a Satanás, a sus obras y seducciones, y al mismo tiempo confirmamos nuestra Fe en la existencia y acción real y providente de nuestro Señor. En fin, la oración de consagración es decirles a Dios Trino y a María, “esta es su casa”, tomen posesión de ella hoy y siempre, y ayúdenos a ganarnos la morada que nos tienen preparada y en la que quieren que vivamos con ustedes para toda la eternidad”.

Lo fundamental de la consagración es, conforme a la oración consagratoria, la renuncia  consciente y total al pecado, al mal y a Satanás y la entrega incondicional al Corazón de María y, por él, al Corazón de Jesús, como respuesta al amor de ellos dos. Con esta consagración se renueva y profundiza, de manera consciente, la consagración bautismal a Dios.
No somos solamente de Jesús. Somos también de María, ya que ella es nuestra madre espiritual. Al que se entrega a María, ella lo entrega a Jesús. Ella es el camino a Jesús, la mediadora y la intercesora ante él.


Jesús y María  son una comunidad de amor. Por eso  nos consagramos y nos entregamos a los dos al mismo tiempo.



En las letanías al Sagrado Corazón de Jesús oramos:

"Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo."
Por obra del Espíritu Santo fue formado Jesús como hombre con un corazón humano en el vientre de la Virgen María. Los dos Sagrados Corazones estuvieron unidos desde el principio de una manera maravillosa.
El Corazón de María fue el primero en adorar al Corazón de Jesús y el que comprendió más cabalmente la profundidad de su amor.
Ella, como educadora, modeló el Corazón de su Hijo.
En el momento en el que el Corazón de Jesús fue traspasado en la cruz por la lanza del soldado, el Corazón de María sufrió las heridas producidas por la espada de los dolores. En el Corazón de Jesús se refleja el Corazón de su Madre.


El culto al Corazón de María se fue desarrollando en la Iglesia en forma paralela al culto al Corazón de Jesús. La fiesta del Corazón inmaculado de María está inmediatamente después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, lo que da cuentas de su íntima unión.



El ángel de la paz mencionó, en sus tres apariciones en Fátima en el año 1916,  el  Corazón de María junto al de Jesús. ¡Donde está el Hijo, allí está también la Madre!



En la segunda aparición de la Virgen María en Fátima, el 13 de junio de 1917, Lucía recibió su deber, que seria de por vida, que consistía en difundir el culto al Corazón de María, ya que en él reside la salvación de la humanidad. El culto al Corazón de Jesús estaba en esos momentos ya fuertemente arraigado en la Iglesia.



Con la Consagración le entregamos a Jesús por María nuestra alma y nuestro cuerpo,

el crecimiento espiritual,
nuestras oraciones,
mortificaciones y nuestras buenas obras,
nuestras luchas interiores ocultas,
nuestro esmero por la pureza del alma,
las cruces de todo tipo,
nuestro estado de salud,
nuestra familia,
a los conocidos y amigos,
nuestra vocación y 
bienes materiales.


 En nosotros comienza una nueva vida, formada a imagen del Corazón de Jesús y del de María.



Si nos entregamos consciente mente al Corazón de Jesús y al de María, se nos ofrecen también ellos dos de una manera nueva. Se trata de una alianza de dos amores.



Al donar nos a Jesús y a María, pasamos a ser su pertenencia y ellos dos cuidarán de nosotros, tratándonos como suyos.



La vida a partir de la consagración



La consagración no es un acto que se realiza una sola vez. Con nuestra vida la confirmamos y la renovamos día a día.



En las letanías al sagrado  Corazón de Jesús lo denominamos  "hoguera ardiente de caridad" y "lleno de bondad y amor".

Junto a su Corazón, nuestro corazón vuelve a arder en el amor, se llena de bondad y de amor, siente el anhelo de alcanzar la santidad y comienza a amar des-interesadamente. Solamente el Amor puede motivar al hombre para un amor desinteresado.


Santa Margarita María de Alacoque escribió lo siguiente:

"Creo que no existe un camino más corto para alcanzar la perfección y que no hay un medio más seguro para la salvación como la consagración al Corazón Divino."


La santa expresó varias veces:

"Pienso que no se perderá nadie de los que adoren el Corazón de Jesús y se  entreguen a El."


La consagración nos pone en dirección del amor al prójimo. 



Nuestro apostolado es, en primer lugar, un apostolado de oración y sacrificio y de una vida cristiana ejemplar en el cumplimiento de los mandamientos Divinos y de los preceptos de la Iglesia.

Rezaremos  para que el Reino de Dios se acreciente en las almas. Para este fin aceptaremos también  renunciamientos y mortificaciones.


Principalmente llevaremos con entusiasmo nuestra cruz de cada día  y haremos así actos de reparación a los Sagrados Corazones de Jesús y  de María  por nuestros pecados y por los pecados de toda la humanidad.



Me consagro al SEÑOR, para hacer Su voluntad dondequiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor. Pero requiere que yo se lo diga, que yo le manifieste mi deseo de ser suyo y de realizar la plenitud de mi amor y voluntad. Por medio de la consagración que me lleve a un cambio y renuncia de todas aquellas cosas que no son de Dios o que puedo mejorar para gloria suya y beneficio de mi familia y la sociedad.



Él pide que me convierta en “sacrificio vivo”. Eso quiere decir que Él desea que yo viva para Él.

Esto nos dice que la consagración es “a Yahvé” y debe ser voluntaria. Dios no me obliga a que consagre mi vida a Él.


¿Qué nos dice esto acerca de la consagración? Nos dice que la consagración es ofrecerle una vida entera a Dios. No le puedo dar a Dios una parte de mi vida y guardar una parte para mí mismo. Esto no satisfaría a Dios y tampoco me satisfaría a mí. Todo el gozo y la bendición en la vida cristiana dependen de que nosotros no retengamos nada de Dios.



Una vez que yo haya consagrado mi vida a Dios ya no podré tomarla de nuevo. Dios espera que mi consagración a Él sea una sola vez y para siempre.



Mi consagración se inicia con el hecho de entregarme al Señor, pero no termina ahí. Debo vivir continuamente mi consagración. Día a día me ofrezco al Señor para hacer su voluntad en lugar de la mía. 

Esto es lo que el Señor Jesús quiso decir cuando dijo en Lc 9, 23 “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.


Cuando el amor de Cristo toca mi corazón, no puedo hacer más que postrarme ante Él y ofrecerle toda mi vida. 



Ahora el Señor Jesús quiere obrar mediante nosotros para hacer la voluntad de Dios. Es Jesús quien hace la voluntad de Dios en mí. 



Los evangelios nos dicen cómo el Señor Jesús hizo la voluntad de su Padre cuando El vivió aquí en la tierra. El Libro de los Hechos nos cuenta cómo continuaba haciendo la voluntad de Su Padre por medio de los apóstoles y discípulos de esa época.



Para lograr esto, Él necesita que le ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. El Señor Jesús no tiene manos para hacer la obra de Dios aquí en la tierra, a excepción de nuestras manos. El no tiene pies para llevar el mensaje de Dios a los perdidos, excepto nuestros pies. No tiene labios para hablar a los hombres de la salvación de Dios excepto nuestros labios. Esa es la razón por la cual la Biblia dice en Rm 1, 21 “Así hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”.



Al realizar esta consagración estoy eligiendo vivir la vida de gracia, estoy eligiendo vivir los caminos de Dios y renunciar a todo pecado, vicio y acción que me alejen de vivir la vida según el Evangelio y también seguir los lineamientos que nos marca el Magisterio de la Iglesia.



El cambio de nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu.



 Él no vino al mundo para hacer su propia voluntad o para ser grande ante los ojos de los hombres. Él vino para hacer la voluntad de su Padre. Fue obediente a la voluntad de Dios, hasta en la propia muerte de cruz.



La bendición mayor está en encontrar la voluntad perfecta de Dios para mi vida. Dios tiene un trabajo y un proyecto para cada uno de sus hijos. Ef 2,10 nos dice “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.



 Estos son tiempos donde la herida más grave en la humanidad es su falta de unidad: la unidad de la criatura con su Dios Creador, Trino y Uno y la unidad fraterna con el prójimo.



ORACIÓN DEL CENTENARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL CORAZÓN DE JESÚS

  Oración para prepararse a la celebración del centenario de la consagración de España al Corazón de Jesús
Cerro de los Ángeles (Getafe), 1919-2019

Dios Padre misericordioso,
que nos entregaste a tu Hijo Jesucristo
como prenda segura de salvación eterna;
concédenos que, movidos por el Espíritu Santo,
penetremos los tesoros escondidos de su amante Corazón,
para que experimentemos cada vez más
la fuerza omnipotente de tu misericordia y perdón,
como preparación a la celebración del primer centenario
de la consagración de España, nuestra querida Patria,
a su Sagrado Corazón.
Acudiendo al Corazón Inmaculado de la Virgen María,
Madre de Cristo y Madre nuestra,
encomendamos a su poderosa intercesión
la renovación de la consagración de España
al Sagrado Corazón de su Hijo.
¡Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor para conmigo!
¡ Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío!

Oración preparada por las MM.Carmelitas del convento o del Sagrado Corazón de Jesús y nuestra Sra. De los Ángeles, cerro de los ángeles (Getafe, España ).
Con licencia eclesiástica del Obispado de Getafe

JORNADAS DE FORMACIÓN PARA LA EVANGELIZACIÓN



Aquí tenéis la información sobre las fechas de los cursos de formación para la evangelización de este año 2019, que va a impartir  la Delegación de Laicos a todas los consejos, asociaciones y cofradías de nuestra Diócesis de Orihuela-Alicante. La inscripción es gratuita, y pueden asistir todo el que este interesado en esta formación. Es muy importante que nos formemos, os animo a participar todo el que pueda.
Enlace del vídeo promocional de las jornadas, https://youtu.be/Tgbx1p0l-8I