domingo, 5 de mayo de 2019

VIGILIA EXTRAORDINARIA EN ORITO 11 Mayo 2019

El próximo sábado 11 de Mayo, celebraremos en Orito a nuestro Patrón San Pascual Bailón, la Vigilia Extraordinaria que celebramos todos los años organizada por el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna de la Diocesis de Orihuela-Alicante.
Os esperamos y pasamos información para dar difusión a todas las secciones de la Diocesis.
Comunicar al Consejo cuanto antes, las personas que van a ir para organizar como ir.

VIAJE AL CERRO DE LOS ÁNGELES del 29 al 30 Junio,

 Viaje al Cerro de los Ángeles, organizado por el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna de Orihuela-Alicante, para la Conmemoración del Centenario de la Consagración de España al Corazón de Jesús.
Plazas limitadas hasta completar 50. Los interesados haced reserva cuanto antes. Pueden apuntarse adoradores y personas interesadas en ir, aunque no sean adoradores.
Os pasamos información a todas las secciones de la Diócesis, para que los que estéis interesados lo comuniquéis cuanto antes al Consejo. Dar difusión.


miércoles, 13 de marzo de 2019

CONFERENCIAS DEL CONSEJO DIOCESANO DE ORIHUELA-ALICANTE DE ANE EN EL "525 ANIVERSARIO DE LAS HH CLARISAS EN ORIHUELA"



Con motivo del 525 aniversario de la presencia de las Hermanas Clarisas en Orihuela, las hermanas y el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna, han organizado el ciclo de tres conferencias, en tres lunes consecutivos, cuyos títulos anuncia el cartel, con nuestro Consiliario Rvdo. D.  Francisco Vegara Cerezo como ponente.
Os invitamos a que participéis de en este evento, donde aumentará vuestra formación y amor a Dios, así como que deis difusión para que todo el que este interesado pueda acudir.
Gracias, Bendito y Alabado sea el Señor.

miércoles, 6 de marzo de 2019

ENLACES PARA VER LAS CONFERENCIAS DE LA JORNADA DE ESPIRITUALIDAD, regalo de D. Luis Lorenzo Sanz Peñalver, Delegado de la Zona de Levante de la Adoración Nocturna Española




"El adorador, al servicio del Reino de Dios"
D. José María Pérez Basanta 

"La importancia de la Adoración Eucarística"
Comunidades Eucarísticas Parroquiales
Rvdo. Don José Galiana Guerrero
"El Sagrado Corazón de Jesús "
Hermana Antonella y Lucia del Real
Monasterio de la Visitación (Salesas) Orihuela.
Proecclesia Sancta
"La Eucaristía Sacramento Primordial"
Rvdo. Don Francisco Vegara Cerezo consiliario del
Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna de la
Diócesis Orihuela-Alicante

"Semanas de  Nueva Evangelización" 
Rvdo. Don José Galiana Guerrero


Agradecemos a D. Luis Lorenzo Sanz Peñalver, Delegado de la Zona de Levante del Consejo Nacional de la Adoración Nocturna Española, la labor realizada grabando estas conferencias para que todos puedan verlas, disfrutarlas y compartirlas, y así poder formarnos todos para poder trasmitir y evangelizar, el amor de Dios, Jesús vivo y presente en La Eucaristía 

miércoles, 13 de febrero de 2019

ORACIÓN DEL VENERABLE D.LUIS DE TRELLES NOGUEROL


PROGRAMA JORNADAS ESPIRITUALIDAD


PROGRAMA JORNADAS ESPIRITUALIDAD
Casa de Espiritualidad “Diego Hernández” de Elche


Estimado hermano en Cristo:
Como cada curso, convocamos a todos los adoradores de la diócesis y otras personas que podáis invitar de vuestras parroquias, a participar en estas Jornadas de retiro espiritual en las que fundamentalmente dedicaremos el tiempo a alabar al Señor, mientras recibimos las enseñanzas de los insignes ponentes que han tenido a bien aceptar la invitación para impartir las enseñanzas de los temas que se citan en el programa.
Te ruego encarecidamente que des difusión en vuestras respectivas parroquias y círculos de amistad para que toda persona sedienta de Dios pueda inscribirse y beneficiarse con todos nosotros de la formación que vamos a recibir.
Con el fin de hacer provisión de todo lo necesario para la comida, cena y desayuno, os ruego que comuniquéis a la secretaría de este consejo por e-mail o por teléfono, el nombre y apellidos de los asistentes y la parroquia de procedencia, hasta el día 19 del corriente.

PROGRAMA DE ACTIVIDADES
SÁBADO
12:00 horas Llegada al centro e inscripción
12:15 horas Visita colectiva al Santísimo Sacramento
12:30 horas Conferencia, EL ADORADOR AL SERVICIO DEL REINO DE DIOS, ponente D. José         María Pérez Basanta
14:30 horas Comida de hermandad
16:30 horas Conferencia, EL CORAZÓN DE JESÚS, CENTRO DE LA VIDA CRISTIANA, ponente Monseñor D. Ginés Ródenas Murcia.
18:15 horas Descanso café
19:15 horas Conferencia, LA EUCARISTÍA, SACREMENTO PRIMORDIAL, ponente Rvdo. D. Francisco Vegara Cerezo, Consiliario del Consejo diocesano.
21:00 horas Cena de hermandad
21:45 horas Reunión preparatoria de la Vigilia guiada por D. Luis Lorenzo Sanz Peñalver, Delegado de la Zona de Levante del Consejo Nacional
22:00 horas Santa Misa con vísperas, a continuación, Vigilia ordinaria según el manual de la Adoración Nocturna.

DOMINGO
08:30 horas Rezo de laudes
09:00 horas Desayuno
09’30 horas Rezo del Santo Rosario por los jardines del Centro
10’00 horas Conferencia. Ponente Hermana de Pro Eclesia Santa

Orihuela a 8 de febrero de 2019
El secretario
Andrés Javaloy Estañ

Inscripciones: aneorih@gmail.com
Por teléfono, de 17 a 20 h Andrés 626 91 92 17, a cualquier hora Alonso 657 89 46 62.
Lugar de las Jornadas: Casa de Espiritualidad “Diego Hernández” de Elche.
Días 23 y 24 de febrero. El donativo de asistencia a las Jornadas es de 60 euros por persona en habitación doble, suplemento en habitación individual 5 euros, asistencia sin habitación 45 euros.

lunes, 11 de febrero de 2019

“SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR”

                                              

                                                “SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR”







 “SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR”


La mente humana no descansa y no puede ser recluida.

Está siempre en funcionamiento, todas las horas del día, pensando en algo, soñando con algo o temiendo algún acontecimiento futuro con miedo y angustias reales, a veces. Uno puede aprender a controlar esa actividad, puede encauzarla, pero no puede detenerla.

Puede parecer que el tiempo no pasa, pero la mente humana nunca se detiene. Si una hora se puede convertir en una eternidad, la mente del hombre es capaz de llenar cada uno de esos segundos con miles de pensamientos, miles de preguntas, miles de temores. No tiene otra cosa que hacer que rumiar una y otra vez mi vida pasada y mis temores futuros, con mucho tiempo para la reflexión y preguntas.

El alma que por fin reconoce sus faltas tal y como fueron y es condenada a la pérdida del cielo, constantemente atormentada por los reproches y desgarrada porque ahora ve, entiende y desea lo que ha perdido para siempre, pero sabe que está condenada a carecer de ello a causa de sus propias elecciones, sus propios fallos, sus propias faltas. La duda y el miedo empiezan a filtrarse en su autoconfianza. Es entonces, cuando recurrir a la oración de un modo especial, puede ayudarle a reconciliarse con Dios, a recuperar lo perdido, pedir perdón en el sacramento de la reconciliación (la confesión), meditar, reflexionar, hacer examen de conciencia, rezar, alabar, cantar (“el que canta ora dos veces”), a contemplar al Señor y sobre todo a entender y aceptar la voluntad de Dios.

La oración no elimina el dolor físico ni la angustia psíquica. Pero sí proporciona cierta fortaleza moral para sobrellevarlos con paciencia , hasta su sanación o recuperación. La oración es la que más te puede ayudar en cualquier momento de dificultad y te ayuda con la fuerza del Espíritu Santo a perdonarte y perdonar a aquellos que te hacen daño y rezar por ellos. Porque, purificando tu oración, aprendes a despojarte de todo aquello que significa buscarte a ti mismo. Rezas por ellos porque comprendes que “ellos también son hijos de Dios, y seres humanos necesitados de su bendición y de su gracia diaria”. Aprendes a dejar de pedir por ti y a ofrecer los sufrimientos, los dolores,.., por tantos otros como en el mundo sufren agonías o males mayores.

La oración te ayuda a no preocuparte por el mañana, que comerás, con qué te vestirás, sino a buscar el reino de Dios y su justicia, su voluntad para mí y para toda la humanidad. Esa es la clave, y poco a poco, irás experimentando  lo perfecta que es la oración del Padre Nuestro. “Hágase Tu Voluntad”.

“Señor, enséñanos a orar”,dijeron los discípulos, y el Señor respondió explicándoles toda la teología de la oración en los términos más sencillos, exhaustivos en su contenido pero concebidos para que los emplearan todos los hombres sin distinción. La mente humana no hubiera podido elaborar un modelo de oración mejor que la que el mismo Señor nos dejó.

Comienza poniéndonos en presencia de Dios. Dios Todopoderoso, que ha creado todas las cosas de la nada y las mantiene en su existencia hasta que vuelvan a la nada, que lo rige todo y lo gobierna todo en el cielo y en la tierra según los designios de su propia providencia. Y, sin embargo, ese mismo Dios Todopoderoso es nuestro Padre, que nos ama y cuida de nosotros como hijos suyos, que nos mantiene en su amorosa bondad, nos guía con su sabiduría, vela por nosotros cada día para protegernos del mal, nos da el alimento, nos vuelve a acoger con los brazos abiertos cuando, como el hijo pródigo, malgastamos nuestra herencia. Igual que un padre guarda a sus hijos, así él nos guarda del mal: porque el mal existe en este mundo. Y, si nosotros esperamos de su corazón de Padre que nos perdone, Él espera que nosotros le imitemos perdonando a sus otros hijos, nuestros hermanos, sean cuales sean sus ofensas.

El padrenuestro es una oración de alabanza y acción de gracias, una  oración de petición y de reparación. Sus frases breves y sencillas abarcan toda relación entre el hombre y su Creador; entre nosotros y nuestro Padre amoroso del cielo. Es una oración para cualquier momento, para cualquier ocasión. Es, al mismo tiempo, la oración más simple la más profunda. Podemos meditar de continuo cada palabra y cada frase de la fórmula sin agotar nunca planamente su riqueza. Si fuéramos capaces de traducir  cada una de sus frases en las obras de nuestra vida diaria, seríamos tan perfectos como nuestro Padre del cielo desea que lo seamos. La oración del Señor es verdaderamente el principio y el fin de todas las oraciones, la llave para cualquier otra forma de oración.

Si pudiéramos vivir siempre conscientes de que somos hijos de un Padre celestial que nos contempla sin cesar y que desempeñamos un papel en su creación, todos nuestros pensamientos y nuestras obras serían oración. Entonces acudiríamos constantemente a Él, estaríamos pendientes de Él, le preguntaríamos, le daríamos gracias, pediríamos ayuda o imploraríamos su perdón cuando caemos. Y toda oración comienza precisamente ahí: poniéndonos en presencia de Dios.

La oración, la auténtica oración, es comunicación, y solo tiene lugar cuando dos personas, dos almas, se hacen de alguna manera real y mutuamente presentes. La fe nos enseña que Dios está en todas partes, que está siempre con nosotros, pero solo si acudimos a Él. De ahí que seamos nosotros quienes debemos ponernos en presencia de Dios, nosotros quienes debemos acudir a Él con fe, nosotros quienes hemos de superar una imagen para creer –para constatar- que estamos en presencia de un Padre amoroso siempre dispuesto a oír nuestras historias infantiles y a responder a nuestra confianza de niños.

La conversación con Dios surge con facilidad siempre que sentimos que Dios está presente en el alma. Pero la mente del hombre se distrae también muy fácilmente: es más, se engaña muy fácilmente. Es capaz de pronunciar las palabras prescritas y las fórmulas más devotas con la misma facilidad con que un perro <<dice>> que quiere comer: ha aprendido qué tiene que hacer y utiliza la fórmula adecuada. Esas fórmulas repetidas no son –ni en sí ni por sí mismas- más oración que los ladridos emitidos por el pobre perro. Puede que  Dios oiga y entienda, igual que nosotros oímos y damos de comer al perro: de ha establecido una mínima comunicación y Dios no deja de recompensar ningún esfuerzo. Pero, desde luego, no hemos aprendido a rezar de verdad.

La auténtica oración –como he dicho- tiene lugar cuando logramos encontrarnos en presencia de Dios. Entonces cualquier pensamiento se convierte en padre de una oración y, con mucha frecuencia, las palabras resultan superfluas. Esta oración es absorbente. Una vez que la has experimentado, no puedes olvidarla nunca. Y no me estoy refiriendo a ninguna gracia mística extraordinaria. Me refiero únicamente a la conversación con Dios, al desbordamiento espontáneo del alma que ha llegado a darse cuenta de que es un niño pequeño a los pies de un padre amoroso y providente. La abalanza y la acción de gracias brotan de manera natural, así como las preguntas, las peticiones y los pensamientos acerca de los amigos y de sus necesidades, mezcladas con sinceras confesiones de las faltas y con sencillas promesas de hacer en el futuro solo lo que Él quiere de nosotros.

A veces , por la gracia de Dios, esos momentos de luz y de oración sobrevienen inesperadamente. Pero, por lo general, la oración exige un esfuerzo por nuestra parte. Hemos de aprender, como aprendió el mismo Cristo, a apartarnos de cuanto nos rodea si queremos estar a solas con el Padre. El Señor se retiraba al desierto, a la montaña, al campo, separándose de sus apóstoles, de sus discípulos y de las muchedumbres que le seguían, para orar al Padre. Y, más aún en nuestro caso, resulta más fácil encontrarse a solas con el Padre si nos hallamos físicamente solos, si podemos retirarnos a un lugar tranquilo donde recoger nuestros pensamientos.

Porque la infatigable mente del hombre, nuestro principal instrumento en toda comunicación humana, es también nuestro principal obstáculo para la oración. La mente parece tender de manera natural a la distracción, y no al recogimiento. Prefiere ser libre, vagar incesantemente, captar cada idea nueva y explorarla en todas direcciones en lugar de encauzar su atención en una sola dirección y detenerse allí. Quiere estar siempre ocupada, en constante funcionamiento, sumida en sus preocupaciones, recordando, haciendo planes y organizando, previendo y argumentando, indagando y preguntando; y, en nuestro intento de rezar, incluso suplantando a Dios y contestando a cada una de nuestras propias peticiones, interviniendo de uno y otro lado de lo que pretende ser una conversación divina. O bien se inflamará de orgullo, impaciencia, rencor, resentimiento u odio cuando menos lo deseemos; se sentirá agraviada u ofendida, culpable o desalentada cuando estamos a punto de alcanzar nuestro objetivo. Algunas veces, e incluso muy a menudo, el tiempo que hemos reservado para la oración  se nos pasa simplemente luchando por controlar nuestra mente incansable, por recoger nuestros pensamientos y centrar nuestra atención en Dios. Y en esas ocasiones resulta útil y consolador recordar dos cosas: (1) que es Dios mismo quien ha iniciado esa conversación, inspirándonos para que dediquemos un rato a la oración; y (2) valora nuestros esfuerzos por responder y los bendice.

Para orar es esencial la perseverancia. El hombre mortal es una criatura peculiar compuesta de cuerpo y alma, de manera que nuestro esfuerzo por controlar  la mente a menudo pueden ir unidos al esfuerzo por controlar el cuerpo. Relajar el cuerpo y la mente invita al esparcimiento. Somos seres de costumbres y, a veces, adoptar una postura que tradicionalmente asociamos a la oración puede ayudarnos a conseguir cierto autocontrol que lleva más rápidamente al recogimiento. Es más, ese esfuerzo, esa perseverancia, son manifestaciones de nuestro deseo de responder a las inspiraciones divinas y de hacer su voluntad. La actitud de insistir una y otra vez en nuestra búsqueda de Dios y de su voluntad en la oración es en sí misma una gracia y una bendición con importantes consecuencias. ¿Qué otro fin tiene el hombre en la vida que no sea el de hacer la voluntad de dios? Y todo esfuerzo por seguir en todo momento las indicaciones de su voluntad es en sí mismo una gracia y una bendición de consecuencias nada insignificantes.

Si logramos unirnos a Dios en la oración, descubrimos claramente su voluntad y solo desearíamos conformar nuestra voluntad a la suya. De ahí que sea cierta la afirmación de nuestros esfuerzos más infructuosos por lograr la unión con Dios en la oración son, sin embargo, un esfuerzo por responder a la inspiración y a la gracia que nos invitan a orar; son, por lo tanto, esfuerzos por conformar nuestra voluntad a la suya y por cumplir sus mandatos. Y la perseverancia en los esfuerzos es, en el peor de los casos, la práctica del hábito de encontrar la voluntad de Dios en todo momento y en todas las cosas.


Autor: Walter J. Ciszek.
"Caminando por valles oscuros"
Memorias de un jesuita en el Gulag.

miércoles, 16 de enero de 2019

ENCUENTRO INTERDIOCESANO DE ANE DE LA ZONA DE LEVANTE

El pasado sábado 12 de enero tuvo lugar en la Basílica y Real Sepulcro de San Pascual Baylón de Vila Real, la reunión interdiocesana de los consejos diocesanos de la zona de Levante, integrados por 4 diócesis: Cartagena, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón y Valencia. Estuvo presidida por el presidente nacional de ANE, y a ella también asistieron los consiliarios diocesanos de las tres últimas. Esta reunión fue programada en el último pleno nacional con el objetivo de consensuar acuerdos y renovar el cargo del delegado de zona.

La reunión, muy fructífera, se desarrolló por la mañana en dos sesiones, antes y después de la misa. El presidente nacional, José Luis Aullón insistió en que para los adoradores la oración es la fuente de una espiritualidad que nos guía y nos permite llevar adelante tareas comunes, ya que el activismo por sí no da frutos. Asimismo recordó que 
la misión del adorador es evangelizar anunciando  la buena nueva, según las palabras del Papa Francisco: ” la cultura eucarística es lo que podemos anunciar al mundo”. En este sentido la formación resulta básica y para ello la revista "la Lámpara del Santuario" nos acerca temas de reflexión según la espiritualidad de Don Luis de Trelles. 

Aullón recordó que los Consejos Diocesanos, deben trabajar para promover en calidad y cantidad las secciones adoradoras. 

Se habló de la conveniencia de unificar criterios a la hora de realizar las vigilias volviendo a los orígenes de la adoración

En otro orden de cosas se trataron aspectos de organización entre las distintas diócesis de cara a la agenda de actividades de este año y se informó de la necesidad de un nuevo reglamento (que actualmente se encuentra en fase de borrador) para la diócesis de Orihuela-Alicante. 

En cuanto a la renovación del cargo, tuvo lugar el relevo, efectivo desde esa fecha, del Delegado de Zona saliente, D. Antonio Martínez de la Torre, por el entrante D. Luis Lorenzo Sanz Peñalver, lo que comunico a todos los efectos que sean oportunos. La comunicación formal tendrá lugar en la próxima reunión de la Comisión Permanente del 3 de marzo. Junto al agradecimiento a Antonio por su dedicación y buenos servicios prestados, damos la bienvenida a Luis Lorenzo, rogando a todos le prestéis vuestro máximo apoyo y vuestras oraciones en beneficio suyo y de la Asociación.



Sepulcro y Capilla de San Pascual Baylón.


Miembros de los consejos junto al presidente de ANE.

Luis Sanz Peñalver (nuevo delegado de la zona de Levante) , 
junto a Manuel Alonso (presidente del Consejo de la Diócesis de Orihuela-Alicante).
Andrés Javaloy (secretario del Consejo de la Diócesis de Orihuela-Alicante)
en la celda de San Pascual Baylón.

                 
                                   












jueves, 3 de enero de 2019

QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE





QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE

El Cerro de los Ángeles está en el término municipal de Getafe a unos 10 Kms de Madrid, en el Centro Geográfico de la península, por eso es tan significativo este lugar y lo que aconteció allí. Está íntimamente unido a la Basílica Nacional de la Gran Promesa de Valladolid, tanto es así que uno no se concibe sin el otro.


Por eso difícilmente se sintoniza con la importancia de lo que sucedió en él sin conocer antes lo que aconteció en el antiguo Colegio de San Ambrosio de jesuitas donde el Corazón de Jesús se reveló al Beato Bernardo F. de Hoyos (1733) y le prometió reinar en España. En uno de los escritos de Bernardo encontramos estas palabras suyas: “espero se haya de introducir (la devoción) y entronizar en España el Corazón adorable de Jesús”.



1. SENTIDO ESPIRITUAL

El Cerro de los Ángeles tuvo un largo recorrido hasta ser lo que contemplamos hoy.


1.1 ERMITA DE NTRA. SRA. DE LOS ÁNGELES.



Lo primero que vino a este Cerro fue la Presencia Materna de María: la Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Ángeles. Donde Dios quiere hacer algo siempre envía primero a su Madre para que vaya preparando el terreno.



Tras la conquista de Madrid en el S.XII por Alfonso VI, sobre una torre defensiva árabe se levanta esta ermita dedicada a Ella, es el triunfo de la fe, y por tanto, el triunfo del Corazón Inmaculado de María. Durante varios siglos ha sido la única Reina del Cerro. Un reinado humilde y escondido como todo los suyo, pues su ermita era poco visitada.



Esta ermita fue destruida en el S. XIV, y en el S. XVII se comenzó a levantar la actual, que fue destrozada en la Guerra Civil y reconstruida en 1945. En ella está enterrado D. Francisco José Pérez y Fernández Golfín (primer obispo de la Diócesis de Getafe).



¿Qué nos dice María desde su ermita elevada al cielo, a los ángeles? Parece decirnos: “Venid, subamos al monte del Señor”. 



Ahora bien, los que suben es para hacer lo que Ella hizo: ofrecerse con Cristo con espíritu reparador.



Cuando yo tengo un conocimiento experimental de que el Señor me ama y quiere comunicar y trasmitir ese misterio de amor por mi medio, entonces yo me consagro y ofrezco como instrumento disponible para colaborar a su plan de salvación en la Redención.



Esta es la esencia misma del cristianismo: la correspondencia del amor del hombre al Amor de Dios. Esto es la Consagración.



San Juan Pablo II, en el mensaje del Centenario de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, nos dice: “que la consagración a Cristo fundamentada en el sacramento del bautismo se confirma oportunamente en la consagración personal al sacratísimo Corazón de Jesús”.



CONSAGRACIÓN



Vamos a partir de que el Corazón de Jesús ahora mismo, en el momento actual de la humanidad, está aquí vivo y presente en la Eucaristía, en el Sagrario, en la custodia.



La consagración, se trata de una alianza de dos amores. Nos ofrecemos a Dios Padre a través de Dios Hijo, con la ayuda de Dios Espíritu Santo y María como intercesores.



 Igual que ocurre en la plegaria eucarística (canon) el ofrecimiento siempre es a Dios Padre. La diferencia que en la plegaria la iglesia (nosotros) ofrecemos al Padre el sacrificio de Jesús pan de vida eterna y cáliz de salvación, y nos ofrecemos para que nos consagre en el cuerpo y sangre de Jesús. Y el Espíritu Santo nos transforme interiormente, nos haga un solo cuerpo a toda la iglesia, los del cielo, purgatorio y tierra. Estamos pidiendo el Reino de Dios  la vida eterna.


En la consagración  ofrecemos a nosotros mismos y todo lo nuestro a Dios para que en nosotros se haga la voluntad de Dios y nos ofrecemos, el Espíritu Santo unidos al Corazón de Jesús nos transforma en ofrendas Vivas, para que seamos sus manos y sus pies, su voz, para hacer la Voluntad de Dios y Dios haga morada en nosotros y alcanzar el reino de Dios.


La promesa del Padre es el Hijo, y el Hijo nos da al Espíritu Santo que es el Amor de Dios, para que nos transforme en ofrenda permanente, para convertirte en otro Cristo aquí y ahora, para entregarnos a los demás y hacer la voluntad del Padre y anunciar el reino de Dios con nuestras obras y nuestra vida. Y adorar a Dios en Espíritu y en Verdad.



Jesús le aseguró a santa Margarita Alacoque que los cristianos que titubean, si adoran al Sagrado Corazón de Jesús, se tornarán fervientes y así podrán alcanzar rápidamente una gran perfección.



Todos los hombres somos propiedad de Dios trino(Padre ,Hijo y Espíritu Santo), porque es nuestro Creador y Salvador. Por el bautismo los cristianos somos más suyos todavía. La pertenencia a Jesús debe ser confirmada y esta confirmación debe ser renovada continuamente con nuestra decisión personal a favor de Él. Esto ocurre de una manera privilegiada en la consagración al Corazón de Jesús, siempre que esté  preparada a conciencia.



La Comisión para la Doctrina de la Fe aclara que la consagración no es una oración mágica, sino que implica una preparación y compromiso profundo, e involucra la conciencia del combate espiritual contra los enemigos del alma. 



Debemos orar con gran fe, “convencidos de que para Dios no hay imposibles, pues Jesús lo dijo: ‘les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá’”, y participar “en los procesos de justicia, reconciliación y búsqueda de paz”.



 “No se debe pensar que la consagración es una oración que mágicamente va a cambiar la vida personal y la situación del país, sino que se debe situar como un acto de piedad que requiere la conversión personal, el combate espiritual y las obras de caridad”.



Recuerda el P. Alcántara que la Iglesia Católica ha promovido desde tiempos inmemoriales las consagraciones como una expresión excelente del culto, pero que requiere conocimiento, preparación y purificación: “por esto es necesaria una preparación, con textos para la meditación, la oración y la acción, por cada uno de los días de la preparación”.



¿Qué es la consagración?



El P. Rogelio Alcántara aclara que una consagración es una dedicación, “es la oportunidad de poner en las manos de Dios lo que por justicia le pertenece, es decir, la creación entera y todas sus realidades”, pero para ello es necesario “entablar un combate espiritual, que consiste esencialmente en la conversión auténtica de cada uno. No podrá haber cambio en las realidades humanas, incluidas las estructuras sociales, sin este combate personal, que por otro lado, no se puede librar sin la ayuda divina”.

Agrega: “Hemos de utilizar todos los medios espirituales a nuestro alcance: las obras de piedad: la oración, la recepción de los sacramentos (confesión y comunión frecuente), etc.; las obras de penitencia (actos de autodominio, ejercicio de virtudes morales), y sobre todo las obras de misericordia”.

Recuerda que las consagraciones son una “obra de piedad, una oración explícita y puntual en la que reconocemos que queremos ser de Dios, y en la que le decimos que aceptamos que Él sea el Señor; en la que le pedimos que “venga a nosotros su reino”, de modo que no reine en mi vida el egoísmo, el orgullo, la soberbia, sino su amor y su voluntad”.


La consagración –apunta– “no es una oración mágica que va a cambiar mi situación y la de España con el simple hecho de pronunciar una fórmula. Ésta implica una preparación y un compromiso muy profundo, que involucra la conciencia del combate espiritual contra los enemigos del alma: la mentalidad del mundo egoísta, la sensualidad y el demonio”.



El P. Rogelio Alcántara, recuerda a los sacerdotes, que animar a una comunidad a hacer esta oración de consagración, podría ser un motivo de renovación parroquial; tomando conciencia de que hemos de devolver a Dios lo que es de Dios, renunciando a toda esclavitud y trabajando para alcanzar la libertad de los hijos de Dios.

“Consagrar una parroquia o país, es recordarnos que toda su labor pastoral (litúrgica, profética y social) debe purificarse de todo lo que no lleva a Dios y poner cada acción en el Corazón de quien sabemos nos ama; es purificar la intención de todo lo que hacemos; es decirle a Dios que, aunque ha sido “sacado” de numerosos ambientes, esta parroquia-país y esta feligresía son de Él (directamente o a través de María) y que haremos todo para que Él reine aquí.


 Es, como se hace en la renovación de las promesas bautismales: renunciamos a Satanás, a sus obras y seducciones, y al mismo tiempo confirmamos nuestra Fe en la existencia y acción real y providente de nuestro Señor. En fin, la oración de consagración es decirles a Dios Trino y a María, “esta es su casa”, tomen posesión de ella hoy y siempre, y ayúdenos a ganarnos la morada que nos tienen preparada y en la que quieren que vivamos con ustedes para toda la eternidad”.

Lo fundamental de la consagración es, conforme a la oración consagratoria, la renuncia  consciente y total al pecado, al mal y a Satanás y la entrega incondicional al Corazón de María y, por él, al Corazón de Jesús, como respuesta al amor de ellos dos. Con esta consagración se renueva y profundiza, de manera consciente, la consagración bautismal a Dios.
No somos solamente de Jesús. Somos también de María, ya que ella es nuestra madre espiritual. Al que se entrega a María, ella lo entrega a Jesús. Ella es el camino a Jesús, la mediadora y la intercesora ante él.


Jesús y María  son una comunidad de amor. Por eso  nos consagramos y nos entregamos a los dos al mismo tiempo.



En las letanías al Sagrado Corazón de Jesús oramos:

"Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo."
Por obra del Espíritu Santo fue formado Jesús como hombre con un corazón humano en el vientre de la Virgen María. Los dos Sagrados Corazones estuvieron unidos desde el principio de una manera maravillosa.
El Corazón de María fue el primero en adorar al Corazón de Jesús y el que comprendió más cabalmente la profundidad de su amor.
Ella, como educadora, modeló el Corazón de su Hijo.
En el momento en el que el Corazón de Jesús fue traspasado en la cruz por la lanza del soldado, el Corazón de María sufrió las heridas producidas por la espada de los dolores. En el Corazón de Jesús se refleja el Corazón de su Madre.


El culto al Corazón de María se fue desarrollando en la Iglesia en forma paralela al culto al Corazón de Jesús. La fiesta del Corazón inmaculado de María está inmediatamente después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, lo que da cuentas de su íntima unión.



El ángel de la paz mencionó, en sus tres apariciones en Fátima en el año 1916,  el  Corazón de María junto al de Jesús. ¡Donde está el Hijo, allí está también la Madre!



En la segunda aparición de la Virgen María en Fátima, el 13 de junio de 1917, Lucía recibió su deber, que seria de por vida, que consistía en difundir el culto al Corazón de María, ya que en él reside la salvación de la humanidad. El culto al Corazón de Jesús estaba en esos momentos ya fuertemente arraigado en la Iglesia.



Con la Consagración le entregamos a Jesús por María nuestra alma y nuestro cuerpo,

el crecimiento espiritual,
nuestras oraciones,
mortificaciones y nuestras buenas obras,
nuestras luchas interiores ocultas,
nuestro esmero por la pureza del alma,
las cruces de todo tipo,
nuestro estado de salud,
nuestra familia,
a los conocidos y amigos,
nuestra vocación y 
bienes materiales.


 En nosotros comienza una nueva vida, formada a imagen del Corazón de Jesús y del de María.



Si nos entregamos consciente mente al Corazón de Jesús y al de María, se nos ofrecen también ellos dos de una manera nueva. Se trata de una alianza de dos amores.



Al donar nos a Jesús y a María, pasamos a ser su pertenencia y ellos dos cuidarán de nosotros, tratándonos como suyos.



La vida a partir de la consagración



La consagración no es un acto que se realiza una sola vez. Con nuestra vida la confirmamos y la renovamos día a día.



En las letanías al sagrado  Corazón de Jesús lo denominamos  "hoguera ardiente de caridad" y "lleno de bondad y amor".

Junto a su Corazón, nuestro corazón vuelve a arder en el amor, se llena de bondad y de amor, siente el anhelo de alcanzar la santidad y comienza a amar des-interesadamente. Solamente el Amor puede motivar al hombre para un amor desinteresado.


Santa Margarita María de Alacoque escribió lo siguiente:

"Creo que no existe un camino más corto para alcanzar la perfección y que no hay un medio más seguro para la salvación como la consagración al Corazón Divino."


La santa expresó varias veces:

"Pienso que no se perderá nadie de los que adoren el Corazón de Jesús y se  entreguen a El."


La consagración nos pone en dirección del amor al prójimo. 



Nuestro apostolado es, en primer lugar, un apostolado de oración y sacrificio y de una vida cristiana ejemplar en el cumplimiento de los mandamientos Divinos y de los preceptos de la Iglesia.

Rezaremos  para que el Reino de Dios se acreciente en las almas. Para este fin aceptaremos también  renunciamientos y mortificaciones.


Principalmente llevaremos con entusiasmo nuestra cruz de cada día  y haremos así actos de reparación a los Sagrados Corazones de Jesús y  de María  por nuestros pecados y por los pecados de toda la humanidad.



Me consagro al SEÑOR, para hacer Su voluntad dondequiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor. Pero requiere que yo se lo diga, que yo le manifieste mi deseo de ser suyo y de realizar la plenitud de mi amor y voluntad. Por medio de la consagración que me lleve a un cambio y renuncia de todas aquellas cosas que no son de Dios o que puedo mejorar para gloria suya y beneficio de mi familia y la sociedad.



Él pide que me convierta en “sacrificio vivo”. Eso quiere decir que Él desea que yo viva para Él.

Esto nos dice que la consagración es “a Yahvé” y debe ser voluntaria. Dios no me obliga a que consagre mi vida a Él.


¿Qué nos dice esto acerca de la consagración? Nos dice que la consagración es ofrecerle una vida entera a Dios. No le puedo dar a Dios una parte de mi vida y guardar una parte para mí mismo. Esto no satisfaría a Dios y tampoco me satisfaría a mí. Todo el gozo y la bendición en la vida cristiana dependen de que nosotros no retengamos nada de Dios.



Una vez que yo haya consagrado mi vida a Dios ya no podré tomarla de nuevo. Dios espera que mi consagración a Él sea una sola vez y para siempre.



Mi consagración se inicia con el hecho de entregarme al Señor, pero no termina ahí. Debo vivir continuamente mi consagración. Día a día me ofrezco al Señor para hacer su voluntad en lugar de la mía. 

Esto es lo que el Señor Jesús quiso decir cuando dijo en Lc 9, 23 “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.


Cuando el amor de Cristo toca mi corazón, no puedo hacer más que postrarme ante Él y ofrecerle toda mi vida. 



Ahora el Señor Jesús quiere obrar mediante nosotros para hacer la voluntad de Dios. Es Jesús quien hace la voluntad de Dios en mí. 



Los evangelios nos dicen cómo el Señor Jesús hizo la voluntad de su Padre cuando El vivió aquí en la tierra. El Libro de los Hechos nos cuenta cómo continuaba haciendo la voluntad de Su Padre por medio de los apóstoles y discípulos de esa época.



Para lograr esto, Él necesita que le ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. El Señor Jesús no tiene manos para hacer la obra de Dios aquí en la tierra, a excepción de nuestras manos. El no tiene pies para llevar el mensaje de Dios a los perdidos, excepto nuestros pies. No tiene labios para hablar a los hombres de la salvación de Dios excepto nuestros labios. Esa es la razón por la cual la Biblia dice en Rm 1, 21 “Así hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”.



Al realizar esta consagración estoy eligiendo vivir la vida de gracia, estoy eligiendo vivir los caminos de Dios y renunciar a todo pecado, vicio y acción que me alejen de vivir la vida según el Evangelio y también seguir los lineamientos que nos marca el Magisterio de la Iglesia.



El cambio de nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu.



 Él no vino al mundo para hacer su propia voluntad o para ser grande ante los ojos de los hombres. Él vino para hacer la voluntad de su Padre. Fue obediente a la voluntad de Dios, hasta en la propia muerte de cruz.



La bendición mayor está en encontrar la voluntad perfecta de Dios para mi vida. Dios tiene un trabajo y un proyecto para cada uno de sus hijos. Ef 2,10 nos dice “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.



 Estos son tiempos donde la herida más grave en la humanidad es su falta de unidad: la unidad de la criatura con su Dios Creador, Trino y Uno y la unidad fraterna con el prójimo.



ORACIÓN DEL CENTENARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL CORAZÓN DE JESÚS

  Oración para prepararse a la celebración del centenario de la consagración de España al Corazón de Jesús
Cerro de los Ángeles (Getafe), 1919-2019

Dios Padre misericordioso,
que nos entregaste a tu Hijo Jesucristo
como prenda segura de salvación eterna;
concédenos que, movidos por el Espíritu Santo,
penetremos los tesoros escondidos de su amante Corazón,
para que experimentemos cada vez más
la fuerza omnipotente de tu misericordia y perdón,
como preparación a la celebración del primer centenario
de la consagración de España, nuestra querida Patria,
a su Sagrado Corazón.
Acudiendo al Corazón Inmaculado de la Virgen María,
Madre de Cristo y Madre nuestra,
encomendamos a su poderosa intercesión
la renovación de la consagración de España
al Sagrado Corazón de su Hijo.
¡Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor para conmigo!
¡ Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío!

Oración preparada por las MM.Carmelitas del convento o del Sagrado Corazón de Jesús y nuestra Sra. De los Ángeles, cerro de los ángeles (Getafe, España ).
Con licencia eclesiástica del Obispado de Getafe

JORNADAS DE FORMACIÓN PARA LA EVANGELIZACIÓN



Aquí tenéis la información sobre las fechas de los cursos de formación para la evangelización de este año 2019, que va a impartir  la Delegación de Laicos a todas los consejos, asociaciones y cofradías de nuestra Diócesis de Orihuela-Alicante. La inscripción es gratuita, y pueden asistir todo el que este interesado en esta formación. Es muy importante que nos formemos, os animo a participar todo el que pueda.
Enlace del vídeo promocional de las jornadas, https://youtu.be/Tgbx1p0l-8I